Partiendo de un concepto de la
sexualidad, que incluye mucho más que el “mete-saca” en los diferentes perfiles
y urbanidades (cortesanía, comedimiento, atención y buen modo). Con esto en mente, conjugar un concepto que
defina la sexualidad como un valor, como una oportunidad, como una capacidad.
Con enfoque de género, con perspectiva de equidad y con enfoque de diversidad.
Buscar un cambio de modelo que nos
lleve a desarrollar una sexualidad activa, afrontada desde el conocimiento y la
reflexión del proceso de sexuación humana. Que precisa de personas con conocimientos
de los diferentes aspectos del hecho sexual humano, desde un punto de vista
crítico y superador. Una búsqueda, conscientes de la importancia de la sexualidad
para la salud en las personas. Una evolución que requiere de personas que tengan
trabajadas las actitudes ante la equidad entre hombres y mujeres, entre todas
las formas de la sexualidad, y entre todas las personas sea cual sea su
condición o sus capacidades y con un lenguaje que enfatice los potenciales en
dinámica corporal.
También, una transformación para que
desenvaine el deseo sexual fuera de la que entiendo es la reinante dictadura
heterosexual.
El deseo sexual, entiendo yo, que
es performativo. Quiero decir que es un proceso que durante el transcurso de la
vida y en cada momento presente va permutando y, digámoslo así, ajustándose a
las preferencias de la persona (gusto, deseo, necesidades, valores,…). Una
evolución que no tiene por qué darse en todas las personas y/o en todo momento
de la vida.
De cómo se conciba la persona y
como se relacione, en esa etapa de su vida, con ella misma y con sus coetáneos/as,
dependerá su modo de concebir el universo del deseo sexual, su actitud, su
proceder, su táctica, sus conductas, su talante, etc.
Claro está, que determinará que
las personas nos licenciemos para este vivir cambiante, el Modelo de Moral Sexual
Cultural que impere en nuestra sociedad y que demos por aceptado, esto es, el
Grado de Agresividad, las Conductas Sexuales, la Estructura Social y la Forma
de Vinculación Sexual. Así como, la Vergüenza, los Miedos y la Culpa que sometan
a la persona, fruto de siglos de una cultura judeo-cristiana dominante en
nuestra sociedad.
A lo que yo me pregunto ¿qué
tanto de Tolerantes seriamos, somos, para con aquellas personas que optan por
vivir “modulablemente” su vida sexual? Y, me atrevo ir más allá en mi
cuestionamiento: ¿cuánto de condescendientes, compresivos y complacientes
seriamos, somos para con nosotros/as mismos/as?
No he insertado ninguna imagen, deliberadamente, porque entiendo que en cada cual tiene su propia imagen sobre la sexualidad. Aquí les he expresado unos pixeles de los que componen mi imagen.
Interesante meditación.
ResponderEliminarGracias Manuel!! Es una reflexión y un toque de atención sobre hacia dónde van las flechas de trabajo. Como decía, estamos en un nivel alto de asistencia a los mayores, sin embargo lejos de lo que debería ser, a estas alturas del progreso. Podemos llegar a Marte y rescatar bancos, pero nos planteamos que no hay recursos para mejorar la calidad de vida en la última etapa de nuestra existencia.
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