La pequeña Ella es una niña de
pecas de colores que vive en la gran ciudad de Nueva York. Ella tiene los
mismos temores que cualquier niña y uno de ellos es el de una niña que empieza
a ir al colegio por primera vez y teme que los despistes de su madre hagan que
un día se olvide de ir a recogerla. Y esto es lo que le paso a nuestra pecas de
colores. Un día su mamá no vino y Ella desde ese día vive en la calle. Pero es
una niña de Brooklyn con un talento especial para meterse en líos y, antes de
hornearlos, les hecha una pizca de magia.
Como es tan pequeña, cuando
intenta pedir cupcakes en una pastelería, a veces pasa sin ser vista. Pero
descubre que fijarse en las cosas pequeñas y hacer amigos inesperados, como pequeños
animalitos de ciudad, puede contribuir a que sus sueños más maravillosos se
hagan realidad.
Hacerse mayor es su deseo y el que todos los niños tienen e imaginarse
que ya lo son, forma parte del proceso de crecimiento.
Un día Ella se encuentra con un
gatito y le pide que le cuente cómo llegó él a la calle. El gatito le narra que
la vida de un gato no es siempre fácil. Un día es el rey de la casa y al día
siguiente, de repente, todo cambia…. El quiere ser un héroe y se propone cazar
un ratón pero nunca ha visto uno y ha preguntado a varios animales si ellos son
ratones: peces, pájaros, elefantes, ratones, pero niegan serlo. Entonces se
propone ayudar a otros. Pero parece que el mundo que le rodea se resiste a ser
salvado, nadie necesita de sus super-poderes.
Ella le plantea seguir juntos y continúan
sin separarse buscando entre los cubos. Encuentran
entre bolsas de ropa vieja y papel de periódicos un perrito de trapo que esta
triste. Pero el perrito de trapo es un poco antipático y no le gusta hacer
nada. A todo lo que le piden u ofrecen el perrito responde con un rotundo NO.
El descubrimiento de la palabra
NO en los niños es clave para reafirmarse y crecer, piensa Ella. Pero cuando
esta palabra es la única que se utiliza llega a ser agotadora.
A pesar de sus constantes
negativas, Otto, que así se llama el perrito, decide hablar más allá del NO y
les pide que se adentren con él en el mundo de Otto, “el mejor perro cartero de
la ciudad”, para ayudarlo a buscar al destinatario de cada paquete y encontrar
direcciones escondidas.
Las cosas no salen como lo han
planeado pero al final siempre lo pasan bien. Participan en un concurso, juegan
tenis, ruedan una película, toman fotos o aguantan, con constantes ataques de
risa, a un primo maleducado de la familia de Otto.
Sin embargo, recuerdan una tarde bastante
aburrida que entraron en un marchito y ajado jardín y encontraron una señora bastante
desagradable y quejosa que odia a los niños y todos los seres pequeños como
Edi, nuestro gatito, y Otto. Porque dice que no cumplen con las reglas, que
viven sin obligaciones y no tienen educación. Además, añadió la gruñona, tienen
limitaciones y son cobardes ante las verduras. De la señora Y, averiguaron que esta mujer era en
realidad un ladrón que entraba de noche en casa de los niños y les roba los
libros que los papás les leen por la noche a sus hijos.
En este sediento jardín
encontraron a la que es probablemente la rata más desafortunada de las
alcantarillas, mientras sus amigas se han ido a surfear a las Bahamas, ella
tiene que quedarse con su tío el Capitán Ratas y su mano derecha la cucaracha
Cuca. Aquella noche un pedazo de luna cayó al suelo y la rata no pudo resistirse
y le dio un mordisco y luego otro. Todos se echaron las manos a la cabeza al
ver la luna mordida y pensaron que le pasará a la luna ahora que ya no volverá
a ser redonda.
Como una canción que se alarga y se
repite Ella consigue reunir a muchos personajes encantados de la ciudad y logra crear un hábitat invulnerable dentro
de aquel jardín. Entonces ordena que un grupo de animales deba ir en busca del
viento para que este, a su vez, traiga la lluvia al árido jardín. Pero el
viento propone una competición: solo si hay algún animal más rápido que él, irá
a la búsqueda. Los animales que viven en el jardín con su nombre y el de
algunas flores, algunos frutos y verduras consiguen unidos y ayudados de la
magia de Ella ganar la apuesta y el viento se pone en la búsqueda de Lluvia. Al
no encontrarla, decide convencer a la mujer rezongona y dueña del jardín para
que lo riegue y esta terminará recuperando la alegría cuando ve que puede
ayudar a una niña pequeña más débil que las demás.
En este corto relato la fantasía, la
ternura, la ingenuidad presiden estas historias de la ciudad donde el vivir de
cada día, la ayuda mutua, los despistes, una tarde aburrida o una apuesta se
convierten en materia de cuento.