sábado, 24 de septiembre de 2016

viajar en tren

El tren, para las románticas en viajar, es el vehículo perfecto para perderse en el olvido del tiempo y dejarse rozar por el traqueteo que producen las vías y así descansar la loca del vivir cotidiano. El tren, una parada en el tiempo entre dos puntos: la despedida y el encuentro. 

Quiero decir, que al subirnos al tren dejamos atrás amores, trabajos, amistades, etc, etc, etc. Y al bajarnos de él, nos encontramos con otros amores, otros trabajos, otras experiencias.


Y tiene el tren una parada en el tiempo que puede o no desviarnos de nuestra agenda programada. El tren, enamora, cautiva, encandila y arrebata. Hay una experiencia, en el espacio y el movimiento del tren, que nos precipita y nos disuelve en las vidas de otras que comparten el trayecto. Nos traspapelamos y decoloramos en una nueva realidad, en un lineal movimiento que avanza y que si nos dejamos atrapar nos trasborda y condiciona para el encuentro en nuestro andén de destino. Al bajar del tren, allá donde nos dirigíamos, ya no somos las mismas que subimos desde el andén de partida. La experiencia del trayecto nos cambió.

viernes, 23 de septiembre de 2016

esperanzadora utopía, la investigación oncológica

colectivos que han puesto en marcha la causa
No está en la mano del ser humano alcanzar la inmortalidad. Un concepto muy ligado al término Esperanza.

Pienso que debemos abandonar la búsqueda de la inmortalidad del alma adoptada por la etapa cósmica de la cultura como forma de esperanza. Sí bien es cierto que hoy día, en el actual estadio de la cultura, reina la ausencia de esperanza. No obstante, ciencia y técnica se unen en esta utopía.

Todos los seres vivos de la tierra conocida tienen en su denominación de origen la finitud. Somos seres mortales por naturaleza. Dice Max Scheler que “el hombre ha de practicar una sana “frivolidad metafísica” que neutralice el pensamiento aniquilador de la muerte y haga tolerable el cotidiano vivir”.

Hoy día la investigación médico-científica, en post de erradicar la enfermedad del espectro humano, ha avanzado mucho en esta senda.

Hoy (24 de septiembre) se presentaba en España y se celebraba, por primera vez, primicia e hito mundial, el “Día Mundial de la Investigación en Cáncer”, abanderaba el acto y el proyecto junto a otras diez instituciones la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Fundación Científica de la AECC  -de la que me honra ser parte activa-. El acto se celebra en Barcelona, metrópolis internacional.

El lema de este su primer año, hoy 24 de septiembre de 2016, coincidiendo con el día del nacimiento de Severo Ochoa, no es otro que una abrumadora sentencia y declaración de intereses:

“On a day like today we will find a tomorrow without cáncer”

-un día como hoy encontraremos un mañana sin cáncer-

¿Utopía? Sí. Quiero decir, y es el pilar fundamental de la iniciativa, allanar el camino (utopía, definida por Galeano) para un mañana donde el cáncer sea otra cosa y no como le conocemos hoy. Generar un viento que sople favorable sobre las velas (la investigación global) que nos lleve a buen puerto.

Quizás no se erradique el cáncer, quizás sí, no lo sé, no lo sabemos. Empero, estoy convencida que impulsando la investigación global y abriendo nuevas sendas de investigación como, por ejemplo: donde las personas pacientes no sean meras cobayas de laboratorio sino parte integrante del equipo investigador, inocularemos los efectos devastadores de las enfermedades cáncer para las personas y para la sociedad mundial en su conjunto.

Todo ello depende, única y exclusivamente, de la totalidad de la humanidad. El cáncer es un problema global y se necesita una respuesta global para atajarlo.

Repito palabras de Doña Leticia al cerrar el Acto Institucional de la AECC’16 refiriéndose a la investigación oncológica: es el momento de acelerar todas a la vez”

Para adherirte a esta iniciativa, súmate a un mundo sin cáncer, visita la web del proyecto:

vídeo del acto, (visionar a partir de 1:58:00), duración una hora.