jueves, 6 de abril de 2017

la soledad, los vacíos interiores


Patio de los limones, Casa de Dueñas, Sevilla
La soledad, desde los primeros meses de vida, en la aurora de la personalidad, se muestra como una constelación cuya principal cualidad es la intansferibilidad. En la onda corta de las relaciones y en lo extenso de estas, las soledades han colonizado el universo humano. La soledad junto al dolor son las experiencias humanas más complejas.

Hay una soledad que te espera y te visita -cuando de mi boca brota un lamento, !estoy sola¡- Existe la soledad impuesta por un freno, la enfermedad. Cuando la persona busca y pide autenticidad en el acompañamiento. Y es entonces que dices: “la soledad me buscó de una manera que no se la deseo a nadie”. Una soledad como castigo, como desorden, como síntoma, como camino. Una soledad de todos los tiempos. Ahora, en las redes, como multiplicidad de soledades. Soledades complejas: la soledad creadora y madre de la belleza. La benéfica, que es buscada y encontrada. La necesaria y a veces estéril. La soledad del espectador, del que habla en público, la del juez -cuánta soledad en la indefensión, también- la soledad del poder, soledades estéticas y escénicas. Soledades pobladas de olvidos y de recuerdos, otras.  La soledad de la naturaleza, una soledad cósmica. ¿A qué huele la soledad?

Todas estas soledades se pueden vivir y medir en el tiempo y podemos nombrarla como la Lenta soledad, con un vacío y una angustia que se hace eterna. Como la trágica, experimentada con dolor y con tristeza, la soledad de siempre. Una soledad de lo efímero y mutable, que es de lo nuevo. También, las últimas soledades, preámbulo de la eternidad. Una soledad de espera. Y la soledad de todos los tiempos, que es vivida sin fin. Soledades todas a las que le canta el poeta, única manera de ponerlas por escrito sin romper el lápiz sobre el papel. La describe como desvitalizadora, como silencio, como sombra, como sueño. En palabras de Mario Benedetti, “Qué vendrá después de la soledad”. En la novela "Cien años de soledad" Gabriel García Márquez nos revela que a lo largo de la vida la soledad se impone. Hasta que José Arcadio Buendía acaba muerto "solo" bajo el Castaño.

La soledad de los vacíos interiores. Somos muy pobres en la atención humana a la persona, jugando en contra de la salud psíquica, física, emocional y espiritual de esta. La soledad en la locura, donde existe el tiempo de todas las incertidumbres. ¿Cómo acercarnos a ella sin que nos afecte plenamente el ser?

La soledad emocional. Soledad triste. Melancólica. Nostálgica. Cansada. Indolente. Aburrida. De la quietud y el reposo. La soledad alegre. Grata. Esperanzadora. Enriquecedora. La soledad dolorosa. Atormentada. Desolada. Trágica. Por sentirse abandonada, incapacitada para la reconciliación.  De clausura o destierro. Amarga como fin de pepino.

La soledad y la salud. Una soledad que viene de la mano del aislamiento y la indefensión. La soledad que bien podría ser la "6ª constante". -Repaso de la 1ª a la 5ª: la respiración, el pulso, la tensión arterial, la temperatura y el dolor-. Conocer la biografía, las neuras, los miedos, … de la persona paciente ayudará a la persona profesional sanitaria a valorar con más precisión la esfera en la que se encuentra la persona y, atendiendo lo complejo, conjugar las otras variables. Constantes a las que la soledad es transversal e insidiosa. Podemos tratar y explorar planetas donde antes había nada, y una nada desértica, estéril. Donde no volvamos a escuchar -pobre de ella, murió en soledad-.

¿Cómo abordar la soledad? La soledad hay que abordarla desde la cultura del encuentro. En el abordaje interpersonal:
·         Explorar, significado personalizado
·         Identificar
·         Estimular
·         Confrontar e
·         Incitar al cambio

Y siempre, siempre desde el “Yo tampoco sé cómo vivir… estoy improvisando, pero estaremos juntas hasta que el viento cambie…”

En el abordaje intrapersonal:
·         Recordar
·         Agradecer
·         Conectar puentes
·         Rebotar, que es crecer
·         Significar y
·         Perdonar

La vida puede ganarle el pulso a la muerte, la humanización y las relaciones humanas pueden ganarle el pulso a la soledad.

parafraseando:
La soledad le pregunta a la vida:
—¿Por qué a mí todos me odian y a ti todos te aman?
La vida responde:
—Porque yo soy una bella mentira y tú un triste escenario …

Referencias:
Centro de Escucha San Camilo, Sevilla
V Jornadas Andaluzas de la Salud
Dr. D. Jaime Rodriguez Sacristán

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