jueves, 26 de octubre de 2017

murmullos

  • Murmullos del agua de la fuente que, bajo la sombra de la arboleda, aporta más felicidad que la búsqueda de la riqueza material.
  • Murmullos del aire, que resulta insoportable cuando su origen es el Levante.
  • Murmullos del fuego, en su crepitar disociado de toda monotonía.
  • Murmullos de las olas del mar. Joya incontestable para aquella que se retira a la orilla en busca del consuelo. 
  • Murmullos de independencia, que cansan cuando no brotan de la autentica fuente que son el conjunto del pueblo.
  • Murmullos de las palabras, que te susurran al oído la voz de otras historias y te seducen. Cómo me gustaría que fueran estos tres relatos cortos que quiero compartir con vosotras. Son fruto de las tardes de creación literaria de la mano de Yolanda.  




Jardín Botánico, Estación de Atocha, Madrid
El horóscopo
este primer párrafo es de otra autoría y pertenece a la introducción a la tarea.
Cristina se levantó cabizbaja: el pesar de la rutina, la presión laboral… y sobre todo su ausencia. En la habitación ya no quedaba ninguno de sus objetos y, aun así, demasiados rincones evocaban el tiempo compartido. Cristina sabía que, para superar, una ruptura, el cobijo del tiempo puede convertirse en un tirano. Por eso, al encontrar una foto de sus últimas vacaciones juntos bajo la cómoda entendió que levantar el vuelo dependía, tan solo, de ella.

Cristina se había acostado nerviosa y cansada, pero se despertó varias veces en la profundidad de la noche. Al levantar la vista frente al espejo se encontró con una potente mezcla de ingredientes faciales que la asustaron y le hicieron cerrar los ojos. El silencio aturdía su maltrecho corazón herido. Todo se estaba desmoronando a su alrededor. Siempre confió en las predicciones del horóscopo y las señales astrológicas, pero ahora que Neptuno se enfrentaba al final con el destructivo Escorpión, su mente sagitariana no entendía nada. Abrió los ojos y entendió que su soledad no dependía de la presencia o ausencia de Vicky, quien la había ofrecido su compañía y ahora se la había robado. Cogió su mochila y compro un billete de autobús sin rumbo conocido.



Bostezo 
Perfil de la Catedral de Cádiz al amanecer
Voy en el bus, línea 7, aburrida. Dicen que el aburrimiento es un problema de pasividad vital. En la parada anterior se han subido tres niñas e iguales que me recuerdan a mí y mis vecinas del pueblo. Me veo cada día después del colegio como íbamos a por agua con una garrafa de cinco litros cada una. Íbamos a la fuente más cercana, apenas un par de kilómetros. Para llegar teníamos que atravesar campo y bosque cargados con la fuerza multiforme de la vida. Escenarios que se vestían y se desnudaban periódicamente de Hibiscus que florecen en estampida y sequoias que se apacientan en siglos. Todo atornillado por los códigos de la naturaleza. Recuerdo que por el camino jugábamos a lanzarnos espigas que se nos enredaban en el pelo o prendían de las ropas mientras, los traviesos rayos del sol atisbaban entre los espacios vacíos del follaje para jugar al escondite con las sombras terrenales y el canto de los pájaros, eco que la luz del día devuelve a la tierra, nos deleitaban los oídos. Recogíamos algarrobas, grosellas y, moras rojas y negras. El paisaje a ambos lados de la vereda se cumplía con almendros en flor y avellanos. El río que nos acompañaba, orillando nuestro caminar, contaba sus cosas como las vivía, porque esas eran sus verdades. Hasta en el olor del aire notábamos el advenimiento de la libertad que, nos provocaba un temblor en el pecho mientras corríamos hasta llegar a la fuente que era una simple pared con tres caños de agua fresca para aquietar la vida.

Un frenazo me retrotrae sin embrague al mundo de la realidad experienciada. Las chicas ya no están -Deben de haberse bajado mientras yo viajaba a los confines de mi tiempo-. Si bien parece ajeno al sentido común, en las profundidades de las personas se arremolinan voces invisibles que brotan ante la presencia de otras y que nos sacan del abatimiento cuando la realidad no nos satisface.


3 comentarios:

  1. Y sigues creciendo!
    Suerte tienes al poder continuar en creación literaria.
    Saludos

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  2. Me alegro un montón que te estén cundiendo así de bien las clases y sigue así, pariendo relatos. Un bsote

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  3. Querido amigo: susurrada quedo, y seducida también. Gracias por tus creaciones, son un regalo...

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